La Parroquia El Señor de los Milagros se convirtió en el tercer día de la Semana Pastoral en el lugar para acoger a las parejas que hacen parte de las familias de las Parroquias de la vicaría anfitriona, en ella el obispo diocesano hizo un recuento sucinto del amor esponsal en la Sagrada Escritura, poniendo de relieve el diseño original de Dios para la familia y la importancia que ella reviste para la sociedad.
En el corazón de su discurso estuvo la siguiente afirmación: “La familia tiene que ser como la de Nazareth, es decir la familia de hoy debe ser Santa.”
Las parejas se casan para salvarse así mismas y salvar a los otros, a lo que los asistentes respondieron estar de acuerdo; sin embargo el obispo, advertía sobre un problema y es que hoy no se quiere ser santo, por eso poco nos acercamos a los sacramentos, por eso es que el espíritu del mal está sometiendo a la familia a vivir en el pecado; la familia que no se hace santa, camina por el camino del pecado, tenemos que volver a escuchar a Jesús: “que dice dejará el hombre a su padre y a su madre y los dos serán una sola carne”Mt 19,5 . Ése es el trabajo, volver a escuchar a Jesús.
El amor todo lo da, todo lo puede, el amor es Cristo. La familia debe ser una familia consagrada a Dios y una familia que se sienta a la mesa y la Mesa de la Eucaristía; hoy las familias han dejado de ir a la misa juntos, y ya ni siquiera en la hogar comparten actividades cotidianas, como por ejemplo, ver televisión, cada quien está por su lado, convendría compartir mas tiempo juntos pues sentados en la mesa se comparten los dones de Dios y de la familia, eso es lo que nos lleva por el camino de la restauración, familias volvamos a la mesa de la Sagrada Eucaristía y a la mesa del comedor, invitaba, el obispo Diocesano.
Terminaba con la bendición episcopal para la familias.