Este cuarto domingo de cuaresma (11 de marzo) es conocido en la iglesia como “laetare” o domingo de la alegría, virtud que debe motivarnos a seguir buscando en este camino cuaresmal la conversión de nuestras vidas.
La Palabra que el Señor nos regala está mostrando el motivo principal de nuestra alegría: EL AMOR DE DIOS.
Me voy a permitir profundizar este tema fundamental para nuestra vida de fe.
1. Es un amor que no nos abandona a pesar de nuestras limitaciones, fragilidades o errores; un amor que perdona, levanta, anima, restaura; siempre está con nosotros, Él es fiel, no se olvida de nuestras necesidades.
2. Es un amor rico en misericordia, que nos revive, nos salva; un amor bondadoso que nos motiva a dedicarnos a las buenas obras.
3. Es un amor hecho persona en Jesús, Dios Padre nos lo entregó para que creyendo en Él alcancemos la salvación y andemos en la luz por medio de las buenas acciones y actitudes de vida.
Llenémonos de alegría en medio de nuestras dificultades y preocupaciones diarias. Es un regalo maravilloso de Dios que llega a nuestro corazón y se refleja en nuestro rostro.
¿Nuestra vida refleja alegría?
¿Somos amorosos con nuestros hermanos?
Feliz semana para todos.