El cuarto y último domingo del adviento (23 de diciembre) es el final de un camino o caminar que hemos recorrido para preparar nuestra vida para el nacimiento del Señor.
Se encenderá el último cirio de la corona de adviento (blanco) para indicarnos que estamos llenos de paz y de la gracia que nos trae el Niño del Pesebre; una paz interior, estable, verdadera y duradera.
Vivamos esta próxima navidad llenos de la paz de Dios en nuestros corazones, en nuestros hogares y en nuestra comunidad. Una paz rebosante de alegría, amor y mucha fe.
María, la madre llena de gracia y de la paz de Dios, nos acompaña en este encuentro con el Señor que quiere nacer en el pesebre de nuestro corazón.
Feliz navidad para todos, llenos de la paz de Dios.
Con aprecio.