Llegamos al segundo domingo del tiempo ordinario (20 de enero) y nos encontramos con el Evangelio de las bodas en Caná de Galilea, primer signo en el relato de San Juan, señal del poder de Jesús para creer en Él.
El contexto en donde acontece este milagro es una boda con unos grandes invitados: Jesús, María y los discípulos.
El punto de partida para esta señal es una necesidad, un vacío, una carencia, una dificultad: se acabó el vino, se apaga la alegría, se trunca la fiesta.
Aparece la madre de Jesús y le presenta esta necesidad y nos da un gran mensaje: HAGAN LO QUE ÉL NOS DIGA.
Jesús responde a esta mediación de su Madre y convierte el agua en vino, manifiesta su poder y muchos discípulos creyeron en Él.
Qué dice a nuestra vida este pasaje bíblico?
1. Necesitamos reconocer que en nuestra vida hay muchos vacíos, muchas necesidades y dificultades.
2. Urge llenar nuestra vida de Jesús, nos trae alegría y esperanza, nos llena de su amor y le da un nuevo y verdadero sentido.
3. María nos enseña que debemos hacer la voluntad de Jesús; su querer es que cambiemos, seamos mejores y hagamos el bien.
4. El texto nos recuerda que María está pendiente de nuestras necesidades, media ante Jesús por todo aquello que nos hace falta.
Que en este nuevo año el Señor nos ayude a fortalecer la fe; no perdamos la esperanza en medio de esta situación difícil por la que atraviesa el país; que nada ni nadie nos robe la alegría.
Dios sigue mostrando su poder y su grandeza en nuestra vida diaria.
Con aprecio.