Lo sucedido al Padre León, quedará en la memoria colectiva y la retina de la comunidad cordobesa; que por lo rápido de los medios de comunicación y las redes sociales, nos convirtieron a todos, casi que en testigos directos del hecho; éste ha ocupado las conversaciones de propios y extraños, amas de casa y ejecutivas, conductores e industriales de la capital cordobesa.
Sin embargo, rápidamente se pasaba de la escena dolorosa y cruenta a hablar con sobradas razones de las virtudes del “Padre León”, como cariñosamente le llamaban, sin duda, un hombre polifacético, piadoso, de Iglesia, ciclista, locutor, santandereano, pero monteriano de corazón, gestor de iniciativas pastorales y promotor de la creación de nuevas parroquias, que posteriormente dieron frutos en abundancia, aún hoy donde desempañaba su ministerio sacerdotal soñaba con la construcción del Templo y Casa Cural, en la Barrio Bonanza, Montería.
La multitudinaria asistencia de personas durante estos tres días: el de los hechos, cámara ardiente y sepultura el día de hoy, es clara manifestación del gran aprecio, respeto y admiración hacia el Padre Luis Alfonso León.
La Diócesis de Montería con todos sus miembros agradecen la asistencia, palabras de apoyo manifestadas en estos días aciagos por lo acaecido pero a la vez esperanzadores, porque aún en la más dura realidad, el Señor sigue alentando a dar la vida hasta el final; este hecho marcará definitivamente la historia eclesiástica del Rebaño que peregrina en los valles del Sinú y San Jorge.
La Catedral San Jerónimo, llevada a límites de su capacidad por la ingente multitud, fue testigo de esta trascendental manifestación de solidaridad, apoyo y repudio por la muerte del Padre León, quien, de ahora en adelante celebrará el Eterno Sacrificio en el Altar Celestial.
Paz en la Tumba del venerable Padre Luis Alfonso León Pereira.