Celebramos este domingo 27 de mayo la solemnidad de la Santísima Trinidad, aquel gran misterio de Dios uno, manifestado a lo largo de la historia en tres personas distintas: El Padre Creador, el Hijo Redentor y el Espíritu Santo iluminador; se dice misterio porque la riqueza del amor de Dios supera nuestra lógica y racionalidad humanas.
Es una gran celebración para conocer y experimentar en nuestras vidas la riqueza infinita del amor de Dios. Un amor que nos crea, nos perdona, nos salva, nos libera, nos guía, nos vivifica y nos acompaña todos los días hasta el final de los tiempos.
Este gran misterio nos lleva a confesar que Dios es familia, comunidad de personas, y quiere que estemos unidos en medio de nuestras diversidades, que valoremos las diferencias como posibilidad para enriquecernos mutuamente, que no veamos a los otros como rivales, o peor aún, enemigos; el misterio de la Trinidad nos invita a convivir en tolerancia con los otros: reconozcamos, aceptemos y valoremos a los demás desde sus particularidades, de ellos puedo aprender mucho y puedo aportarles.
Dios bendiga nuestra patria con la paz e ilumine a nuestros futuros gobernantes.
Feliz semana para todos.
Con aprecio.