Celebra la iglesia en este segundo domingo del año (13 de enero) la fiesta del Bautismo del Señor, acontecimiento que marca el inicio de su ministerio público (vino a servir a la humanidad), el Padre nos lo presenta como el Ungido y su Hijo predilecto; con este signo salvífico vino a acercarse y solidarizarse con los seres humanos necesitados de conversión y misericordia.
Sea este domingo la oportunidad para recordar nuestro bautismo y valorar todas las gracias recibidas ese día: fuimos aceptados y reconocidos como hijos de Dios; recibimos la semilla de la fe; nos incorporamos a la comunidad eclesial y empezamos el compromiso de reconocer a los otros como mis hermanos, todos hijos de un mismo Padre.
Hoy es el día para agradecerle a Dios por hacernos hijos y hermanos, esa es nuestra mayor dignidad.
No veamos en el sacramento del bautismo un mero acto social o un compromiso que debemos cumplir. Es mucho más, es ante todo una bendición y la vida espiritual que todos necesitamos.
Que este año 2019 sea para vivir al estilo de Cristo: anunciar la paz, servir a los demás y pasar haciendo el bien.
Bendecida semana para todos.
Con aprecio.