Este domingo 23 de septiembre nos invita a reflexionar sobre el valor del SERVICIO.
Conscientes de hacer parte de una sociedad egocéntrica y egoísta que nos impone todo lo contrario a lo que quiere Jesús de cada uno de nosotros. Una sociedad que nos ensimisma y que nos hace indiferentes a las necesidades de los demás.
No obstante esta realidad, Jesús nos invita a servir y nos recuerda que servimos cuando ponemos a disposición de los demás todo lo que somos y tenemos.
Servir no es fácil, es algo que nos cuesta, implica sacrificio y vencer esa pretensión humana de querer que nos sirvan y atiendan.
El servicio es entrega, es dar la vida por otro, es hacerle el bien a todo ser humano, es experimentar realización con lo que hacemos desde nuestro trabajo diario.
Podemos ejercer el servicio en nuestras familias, en nuestros sitios de trabajo, en nuestro barrio, en nuestra comunidad eclesial, en fin todo lugar, toda persona, todo tiempo es propicio para servir siguiendo el ejemplo de Jesucristo.
Dios nos ayude a servir con alegría y mucho amor.
Bienestar y paz para todos.
Con aprecio.