La vicaría B fue durante una semana signo visible de la Iglesia que peregrina en Montería, sin duda, la fuerza de las quince parroquias es notoria en todos sus integrantes, con gran perspectiva de crecimiento y una visible historia evangelizadora en cada una de las parroquias, permiten vislumbrar con esperanza el futuro de la gran Iglesia Diocesana.
En el transcurso de la semana se pudo constatar la sed de Dios en los feligreses, cada palabra o momento de reflexión presidido por el obispo era escuchado atentamente por los asistentes, las dos misas de apertura y clausura fueron particularmente nutridas por los parroquianos; ésta última en el centenario de las Apariciones de la Virgen en Fátima, titular de la Parroquia del barrio La Granja en Montería.
La mayor riqueza es sin duda la cercanía y afecto de la comunidad, en todo momento acompañada por sus sacerdotes; el calor humano y familiar respirado durante el segundo septenario de Octubre es de destacar, pues, cada uno de los actos organizados demostró la comunión de la Vicaría Foránea B.
De cara a la parte final del año va a significar una interesante motivación a vivir la navidad con mayor entusiasmo y motivación.
Se puede decir que de esta última visita de Monseñor Alberto Rolón a todos los arciprestazgos, queda un balance muy positivo para la Iglesia Monteriana, planteando nuevos retos a la acción pastoral, con la seguridad de contar las laicos, religiosos(as) y sacerdotes para una transformación necesaria ante la nueva realidad que nos interpela a profundas decisiones con arraigo en el Evangelio de Jesucristo.