• on 8 julio, 2018

La Incredulidad

Este XIV domingo del tiempo ordinario (8 de julio) cuestiona nuestra fe y nos invita a ser mejores creyentes.
Llama la atención en el Evangelio cómo Jesús se extraña de la falta de fe de sus coterráneos, no confiaban en Él, ignoraban su poder y su grandeza.
Veamos ahora en profundidad en qué consistía su poca fe.
1. Eran ciegos para reconocer su presencia, no veían la cercanía de Dios en sus vidas, se quedaban en meras apariencias. Se me viene a la mente las palabras de El Principito: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Hay que ver más allá de las meras exterioridades.
2. Eran sordos para escuchar la voz de Dios, no querían escuchar el mensaje diario que el Señor nos ofrece.
3. Cerraron su corazón para acoger o recibir la gracia de Dios, fueron tercos para abrir la bondad que el Señor les ofrecía.
Que este Evangelio nos lleve a confiar más en el poder de Dios en nuestras vidas; Él siempre se acerca, es un Dios que nos acompaña y nos guía; es un Dios vivo y actuante que nos invita a que le obedezcamos para manifestar su acción transformadora en nuestra vida.
No olvidemos que con fe, Dios hará proezas en nuestra vida.
Bienestar y paz para todos.
Feliz semana.
Con aprecio.
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