En un día sin carro, donde la ciudad de Montería se sumía en la tranquilidad de la ausencia de vehículos, un equipo comprometido se embarcó en una travesía pastoral hacia el municipio de Cereté. Este viaje, realizado en un solo vehículo en lugar de varios, haciendo la contribución al medio ambiente y participando de la jornada, con los permisos pertinentes de tránsito, se gestó con la urgencia que caracteriza las actividades pastorales.

La misión de la jornada era especial: el Padre Eduardo Escudero, junto con el equipo de entregas de parroquias, se dirigía a Cereté para recibir la responsabilidad pastoral de la Parroquia San Antonio de Padua. Este lugar, con muchos años de existencia y reconocida como la catedral de Cereté, sería entregada por el Padre Miguel Muñoz en un acto cargado de significado y relevancia.

A pesar de un poco de congestión en el tráfico al salir y algunos choques menores, probablemente causados por la prisa típica de la hora de inicio de la jornada, el equipo llegó a su destino. Fueron recibidos con calidez en un desayuno informal que sirvió como bienvenida y preparación para el acto de entrega y recibimiento de la parroquia.

La oración presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Alberto Rolón, marcó el inicio de un momento crucial, poniendo todo en las manos de Dios. Los informes respectivos fueron presentados, brindando al Padre Eduardo la oportunidad de obtener una comprensión de primera mano de la realidad a la que estaría sirviendo. Un interesante informe pastoral condujo a conversaciones sobre los desafíos y la integración del nuevo párroco en la comunidad.

La revisión de los libros del despacho y otros asuntos tratados más la firma de los implicados marcaron la formalidad del acto. Se procedió a revisar la información administrativa, revelando un balance positivo de lo que fue un quinquenio en San Antonio. Este ejercicio también proporcionó la ocasión de reflexionar sobre aspectos similares en otras parroquias con miras de cualificar cada día el servicio prestado.

Al finalizar con las debidas recomendaciones y observaciones, se cerró la jornada con un breve diálogo con algunos fieles y la presentación oficial del nuevo párroco. Mons. Alberto Rolón, con su voz de pastor diocesano, se dirigió a los asistentes, bendiciendo a los sacerdotes a quienes ha confiado en distintos momentos la vida pastoral de la comunidad.

La jornada culminó con expresiones de agradecimiento al párroco saliente y los mejores augurios para el nuevo pastor de la Parroquia San Antonio de Padua. En este día de entrega y renovación, la comunidad de Cereté experimentó la continuidad de su camino espiritual bajo la guía de un nuevo pastor comprometido con su misión.